Rumbo al albergue

229 vecinos del edificio el Patio en Pescadería desalojados de su hogar.

El Ayuntamiento, tras un informe técnico, les obliga a abandonar sus casas una semana para realizar obras urgentes de apuntalamiento en zonas comunes.

Los vecinos del bloque de viviendas El Patio en el barrio de Pescadería han sido, al final, desalojados de sus viviendas tras la emisión de un informe técnico que avala el mal estado de las zonas comunes. El Ayuntamiento de Almería ha obligado a los residentes, en total 229, de ellos 89 niños, a abandonar sus casas. Los afectados han sido reubicados en dos emplazamientos. El albergue juvenil de El Zapillo ha sido el espacio elegido para hospedar a las familias con menores y el pabellón de deportes del barrio para el resto de vecinos. Los damnificados tendrán que pasar fuera de sus hogares alrededor de una semana, mientras el consistorio lleva a cabo los trabajos urgentes para el apuntalamiento de los pasillos. Éstos serán ejecutados por una empresa ya contratada por el consistorio. Se prevé que hoy dicha empresa empiece a preparar el acopio del material necesario para la obra, que daría comienzo el lunes.

La comunicación del desalojo sucedía pasadas las siete de la tarde cuando trabajadores municipales del área de Asuntos Sociales fueron vivienda por vivienda, y siempre custodiados por agentes de la Policía Local, anunciando a los afectados que, sí o sí, tenía que salir de sus casas.

Con resignación, y con muchas preguntas por formular, las familias aceptaron dejar sus casas y entonces empezaron a preparar bolsas y maletas. Una de ellas la de Aasim, un joven que reside en El Patio junto a sus padres y sus siete hermanos, el más pequeño un bebé de 20 días. "Tenemos que irnos, pero es lo mejor porque el edificio se encuentra en mal estado y es necesario que se arregle. Corremos peligro aquí", decía este joven.

Haifida es otra de las afectadas de este desalojo, que ahora después de 12 años viviendo en la casa que compró su marido, aún "en el tiempo de las pesetas", se ve obligada a abandonarla junto a sus cuatro hijos. También han dejado su domicilio Mohamed, que vive en este bloque de viviendas desde hace 9 años cuando adquirió la casa donde reside junto a su mujer y sus tres hijos de 10, 8 y 4 años.

Mohamed ha sido uno de los muchos vecinos que ha criticado el mal estado en el que se encuentran las zonas comunes de este edificio. "Está todo fatal y podrido. Hacen falta muchos arreglos porque el edificio se cae". Su mal estado también ha sido denunciado por otros residentes como Yolanda Cruz, que enjuició que la falta de cuidado de muchos ha llevado a esta grave situación. Su opinión ha sido compartida por la joven Raquel Fenoy, que vive junto a su marido y sus dos hijos en la casa que fue durante décadas de su abuela. "Mi marido y mi suegro han arreglado la casa, pero las zonas comunes no y éstas están muy mal. Es muy peligroso", declaró.

Como ellos otros muchos vecinos han tenido que hacer de tripas corazón y dejar su hogar por motivos de seguridad. A las nueve de la noche, el trasiego era mucho en este residencial aledaño a la avenida del Mar, pues los vecinos salían cargados de maletas y bolsas para dirigirse al autobús que puso el Ayuntamiento para su traslado al albergue. El resto tomaban rumbo al pabellón de deportes.

Dos días de nervios e incertidumbre para los residentes de este bloque de viviendas sobre el que ya el viernes se acordó orden de desalojo. Cabe recordar que la situación de desalojo de estas familias de Pescadería es la consecuencia del accidente que el viernes sufría un hombre de unos 46 años, trabajador del servicio de limpieza municipal, que se precipitó al suelo desde un segundo piso tras ceder el suelo.

Tras este aviso fue cuando se activó la Junta Local de Protección Civil, presidida por Ramón Fernández-Pacheco. Tras la reunión de urgencia del viernes, la junta volvía a reunirse este sábado y en su encuentro matinal se acordó activar el protocolo 112 del plan de emergencias debido a la presencia de menores en el inmueble. Acuerdo que ha derivado en el desalojo definitivo de los vecinos del bloque de viviendas conocida como El Patio.

Solo una familia pasa la primera noche en el pabellón

El primer dispositivo de emergencia se activó la noche del viernes y Cruz Roja preparó entonces el Pabellón de Deportes de Pescadería para que los vecinos desalojados pasaran la noche en el recinto. Colocaron un total de 200 camas. Sin embargo, pocas fueron ocupadas, ya que la opción mayoritaria de los vecinos del Patio fue quedarse en sus viviendas. Eso sí, todos bajo su responsabilidad y tras firmar un documento. Solo una familia decidió coger sus objetos personales y abandonar su casa. Fue la familia de Naima, compuesta por seis miembros. Ella, junto a sus tres hijos de 9, 6 y un año, narraba en la mañana de ayer a Diario de Almería, que la noche había sido complicada. "Hacía algo de frío y la pequeña extrañaba su cuna, consiguió dormirse a las tres y media de la madrugada". Pero ella desde el primer momento tenía claro que no quería regresar a su vivienda, en la que reside desde hace algo más de cuatro años en régimen de alquiler. "Decidimos no volver tras el accidente, porque no quiero correr riesgos. Mi pasillo se encuentra en peor estado que el que se derrumbó". Naima y su familia abandonaron el pabellón deportivo a media mañana y fueron trasladados al hostal Maribel. Ya por la tarde fueron llevados al albergue municipal, donde se instalaron como otras muchas familias que en este segundo aviso si han aceptado el desalojo.