Se acaban de cumplir cincuenta años de la puesta en funcionamiento de uno de los grandes edificios de apartamentos que se levantaron en nuestra costa, cuando Almería trató de imitar el desarrollo urbanístico de otras ciudades turísticas del Mediterráneo. En enero de 1966 se llevó a cabo la ceremonia de puesta de bandera en el edificio ‘El Andaluz’, en la misma playa de Aguadulce, después de casi dos años de obras que se culminaron sin que se produjeran accidentes de ninguna clase. En aquellos tiempos, cuando se concluía una obra sin lamentar ningún suceso importante, se celebraba con la puesta de bandera, que en el caso del edificio ‘El Andaluz’ fue doble, puesto que en la cumbre de sus catorce plantas ondearon las banderas de España y Francia, ésta última en honor del promotor del proyecto, el ciudadano francés René George Mariotti, todo un personaje de la época, que además de promotor inmobiliario y de piloto de coches de carrera, organizó el primer festival de cine de la provincia y se codeó con grandes artistas y mitos como Brigitte Bardot.
Durante décadas, Aguadulce había sido un refugio de familias adineradas y de pequeños agricultores que habitaban cortijos aislados sin llegar a formar un pueblo, ni siquiera un barrio, hasta que los constructores, alentados por el auge del turismo y la fama que estaba adquiriendo la provincia por los rodajes de películas, vieron la posibilidad de imitar el modelo de otras poblados costeros y encontraron en Aguadulce el sitio idóneo para levantar una ciudad de veraneo.
‘El Andaluz’, un gigante de catorce plantas del arquitecto Pedro Bértiz, era el más alto de la provincia, el dueño y señor de la playa hasta que a finales de ese mismo año terminó de construirse enfrente el edificio Crucero y su parking.
‘El Andaluz’ puso en escena sesenta apartamentos de lujo distribuidos en trece plantas rematadas por un ático.
Su promotor, René George Mariotti, contaba que cuando gestó la idea, en aquel trozo de playa de Aguadulce, en lo que hoy es el puerto deportivo, sólo había un barco pequeño, propiedad de un pescador que llamaban Tobaldo, que vivía y se buscaba el sustento en la misma playa. René, que había encontrado en nuestra costa el lugar perfecto para hacer negocio y para quedarse a vivir, creyó que era el momento de dar el salto a la modernidad que exigían los nuevos tiempos y puso en marcha el proyecto de este gigantesco bloque que abrió la veda de las grandes construcciones en nuestro litoral.
Además de la construcción de ‘El Andaluz’, la obra más carismática de aquellos inicios del Desarrollismo en Aguadulce fue la del Hotel Meliá . Era necesario un centro hotelero de lujo porque no existía ninguno en la capital ni en los pueblos cercanos. Cada vez llegaban más turistas y más gente relacionada con el cine a nuestra tierra y tenían enormes dificultades a la hora de conseguir alojamientos de primera categoría. Los trabajos se iniciaron en el año 1965 y fue inaugurado el 14 de noviembre de 1966 por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne.
Cuando se acabó de construir en la playa de Aguadulce era el edificio más alto de la provincia
Durante décadas, Aguadulce había sido un refugio de familias adineradas y de pequeños agricultores que habitaban cortijos aislados sin llegar a formar un pueblo, ni siquiera un barrio, hasta que los constructores, alentados por el auge del turismo y la fama que estaba adquiriendo la provincia por los rodajes de películas, vieron la posibilidad de imitar el modelo de otras poblados costeros y encontraron en Aguadulce el sitio idóneo para levantar una ciudad de veraneo.
‘El Andaluz’, un gigante de catorce plantas del arquitecto Pedro Bértiz, era el más alto de la provincia, el dueño y señor de la playa hasta que a finales de ese mismo año terminó de construirse enfrente el edificio Crucero y su parking.
‘El Andaluz’ puso en escena sesenta apartamentos de lujo distribuidos en trece plantas rematadas por un ático.
Su promotor, René George Mariotti, contaba que cuando gestó la idea, en aquel trozo de playa de Aguadulce, en lo que hoy es el puerto deportivo, sólo había un barco pequeño, propiedad de un pescador que llamaban Tobaldo, que vivía y se buscaba el sustento en la misma playa. René, que había encontrado en nuestra costa el lugar perfecto para hacer negocio y para quedarse a vivir, creyó que era el momento de dar el salto a la modernidad que exigían los nuevos tiempos y puso en marcha el proyecto de este gigantesco bloque que abrió la veda de las grandes construcciones en nuestro litoral.
Además de la construcción de ‘El Andaluz’, la obra más carismática de aquellos inicios del Desarrollismo en Aguadulce fue la del Hotel Meliá . Era necesario un centro hotelero de lujo porque no existía ninguno en la capital ni en los pueblos cercanos. Cada vez llegaban más turistas y más gente relacionada con el cine a nuestra tierra y tenían enormes dificultades a la hora de conseguir alojamientos de primera categoría. Los trabajos se iniciaron en el año 1965 y fue inaugurado el 14 de noviembre de 1966 por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne.
Cuando se acabó de construir en la playa de Aguadulce era el edificio más alto de la provincia
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