Esta Semana Santa de 2016 comenzó con tiempo invernal (lluvia incluida) y está finalizando con meteorología primaveral. Si los cofrades de las procesiones de Lunes y Martes Santo estuvieron en un sinvivir hasta que se recogieron en los respectivos templos, los del resto de días de la Semana Mayor habrían deseado seguir algunas horas más en las calles de Almería. Con excelente tiempo, las procesiones han lucido con tronío.
Es lo que sucedió la noche del Viernes Santo. Santo Entierro, Soledad y Caridad tuvieron la tarde-noche soñada por cualquier Cofradía. Apenas una tenue brisa soplaba sobre la ciudad y la candelería de los respectivos pasos para iluminar la belleza de los Titulares permanecía permanentemente encendida. Nazarenos, mantillas e insignias procesionaban sin sobresaltos y esto hace que las procesiones luzcan más. También las calles aparecían con gran cantidad de gente.
En concreto la que nos ocupa, Caridad, pudo completar uno de los mejores desfiles procesionales que se le recuerda; además, con el nuevo lugar de salida, la iglesia parroquial de Santa Teresa, posibilita que muchos más almeriense puedan acompañarla en la salida y en su recorrido por Oliveros y el casco histórico.
Y más que podría haber. Pero el que salga a la misma hora que la Soledad, las 9 de la noche, hace que el público se divida. Con sólo tres procesiones esa noche, ¿no habría posibilidad que cada una saliese a una hora? La Agrupación podía tomar cartas en el tema.
La puerta de la iglesia de Santa Teresa presentaba un magnífico aspecto a la hora de la salida. Eran las 9 en puento de la noche cuando se abrió el portón y apareció la Cruz Guía.
Unos 125 penitentes con túnica de luto riguroso, cinturón de esparto y sandalias franciscanas se repartían en dos largas filas. Al ser una cofradía de luto, no lleva mantillas ni banda de música alguna. Acompañaban al paso el Cuartero Musical Anacrusa y la Capilla Musical de Viento BAM, quienes daban a la noche ese aire de misterio que confieren los tenues instrumentos musicales de viento.
Tres novedades presentaba la Cofradía en el único paso de Misterio con que procesionan. Santa Marta lucía un nuevo pañuelo hecho de encaje de bolillo; María Salomé estrenaba una prenda también de bolillo; y la Virgen de las Penas lucía bellísima con un tocado y un nuevo sudario antiquísimo en sus manos.
También eran novedosas las varas de mano que llevaban los niños mayores de la guardería. Unos 30 niños iban en esta sección del cortejo procesional dirigidos por sus dos ‘seños’.
El bellísimo paso de la Caridad, vestido por Juan Rosales, mostraba una ornamentación floral exclusivamente a base de iris morados. Los 35 costaleros iban comandados por el capataz Antonio Cárdenas.
El discurrir por el barrio de Oliveros fue muy lucido. A las 10 ganaron Carrera Oficial para internarse por el casco antiguo y llegar a Plaza de la Catedral a las 22.30 h.
En la noche del Viernes Santo, la procesión lució como nunca por la zona de Oliveros y en el casco histórico de Almería
Es lo que sucedió la noche del Viernes Santo. Santo Entierro, Soledad y Caridad tuvieron la tarde-noche soñada por cualquier Cofradía. Apenas una tenue brisa soplaba sobre la ciudad y la candelería de los respectivos pasos para iluminar la belleza de los Titulares permanecía permanentemente encendida. Nazarenos, mantillas e insignias procesionaban sin sobresaltos y esto hace que las procesiones luzcan más. También las calles aparecían con gran cantidad de gente.
En concreto la que nos ocupa, Caridad, pudo completar uno de los mejores desfiles procesionales que se le recuerda; además, con el nuevo lugar de salida, la iglesia parroquial de Santa Teresa, posibilita que muchos más almeriense puedan acompañarla en la salida y en su recorrido por Oliveros y el casco histórico.
Y más que podría haber. Pero el que salga a la misma hora que la Soledad, las 9 de la noche, hace que el público se divida. Con sólo tres procesiones esa noche, ¿no habría posibilidad que cada una saliese a una hora? La Agrupación podía tomar cartas en el tema.
La puerta de la iglesia de Santa Teresa presentaba un magnífico aspecto a la hora de la salida. Eran las 9 en puento de la noche cuando se abrió el portón y apareció la Cruz Guía.
Unos 125 penitentes con túnica de luto riguroso, cinturón de esparto y sandalias franciscanas se repartían en dos largas filas. Al ser una cofradía de luto, no lleva mantillas ni banda de música alguna. Acompañaban al paso el Cuartero Musical Anacrusa y la Capilla Musical de Viento BAM, quienes daban a la noche ese aire de misterio que confieren los tenues instrumentos musicales de viento.
Tres novedades presentaba la Cofradía en el único paso de Misterio con que procesionan. Santa Marta lucía un nuevo pañuelo hecho de encaje de bolillo; María Salomé estrenaba una prenda también de bolillo; y la Virgen de las Penas lucía bellísima con un tocado y un nuevo sudario antiquísimo en sus manos.
También eran novedosas las varas de mano que llevaban los niños mayores de la guardería. Unos 30 niños iban en esta sección del cortejo procesional dirigidos por sus dos ‘seños’.
El bellísimo paso de la Caridad, vestido por Juan Rosales, mostraba una ornamentación floral exclusivamente a base de iris morados. Los 35 costaleros iban comandados por el capataz Antonio Cárdenas.
El discurrir por el barrio de Oliveros fue muy lucido. A las 10 ganaron Carrera Oficial para internarse por el casco antiguo y llegar a Plaza de la Catedral a las 22.30 h.
En la noche del Viernes Santo, la procesión lució como nunca por la zona de Oliveros y en el casco histórico de Almería
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