La playa de San Juan de los Terreros, en Pulpí, fue ayer el escenario de la suelta de 13 ejemplares de tortuga boba que volvieron al mar que las vio nacer después de un año de cuidados y puesta a punto para su vida en libertad.
Se pone así punto y final a un proceso que arrancó en septiembre de 2015 cuando una familia de pescadores alertó a la Asociación Equinac de la existencia de un nido de tortuga boba (Caretta-caretta) en la playa pulpileña. Ante la posibilidad de que los huevos pudieran inundarse en la cala en la que se encontraban fueron trasladados hasta la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla donde, una vez eclosionaron las 26 tortugas se decidió trasladarlas en dos grupos hacia el Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz, ubicado en Algeciras y al Acuario de Sevilla.
“En estas instalaciones han permanecido este tiempo garantizando su crianza, esperando a que alcanzaran un peso aproximado de 800 gramos para que puedan superar las amenazas de una vida en libertad”, relata a La Voz, Susana Montero, directora de Educación del Acuario de Sevilla.
Hablamos de depredadores naturales pero también de la amenaza del hombre a través de artes de pesca como el palangre o las redes a la deriva y también la presencia de plásticos en nuestros mares. “Es una responsabilidad en la que todos debemos estar involucrados, Las tortugas son sin duda, una de las grandes víctimas de la degradación del ecosistema marino por parte del hombre”, advierte Montero.
Segunda suelta
Parte de estas tortugas se liberaron el pasado mes de junio en la misma playa de San Juan de los Terreros de la puesta. El resto, eran liberadas allí, el motivo es las tortugas marinas, tras salir del nido acuden al mar y si consiguen sobrevivir a las adversidades naturales y antrópicas, al cabo de unos años y después de viajar por los océanos, vuelven a la misma zona donde nacieron para procrear.
En la suelta de ayer participaron un grupo de escolares de dos colegios del municipio de Pulpí con el objetivo de “sensibilizar a los más pequeños a conocer a parte de la fauna autóctona de su localidad, a que se sientan partícipes del proyecto de liberación de las tortugas a su hábitat y a que aprendan a ayudar en el caso de encontrarse el rastro de algún nido”, destacan desde el Acuario.
Cinco de las tortugas liberadas ayer llevan instalado un transmisor realizado por la Universidad Politécnica de Valencia dentro de un proyecto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que permitirá conocer los hábitos de desplazamiento de estas poblaciones y proponer las medidas de gestión más adecuadas para que vuelvan a desovar en las costas almerienses. De estos cinco ejemplares de tortugas hay una en especial, llamada “Morla”, cuyo transmisor ha sido financiado por una campaña de crowfunding organizada por la Asociación Hombre y Territorio.
Los ejemplares han sido soltados en San Juan de los Terreros, donde nacieron hace un año .
Se pone así punto y final a un proceso que arrancó en septiembre de 2015 cuando una familia de pescadores alertó a la Asociación Equinac de la existencia de un nido de tortuga boba (Caretta-caretta) en la playa pulpileña. Ante la posibilidad de que los huevos pudieran inundarse en la cala en la que se encontraban fueron trasladados hasta la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla donde, una vez eclosionaron las 26 tortugas se decidió trasladarlas en dos grupos hacia el Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz, ubicado en Algeciras y al Acuario de Sevilla.
“En estas instalaciones han permanecido este tiempo garantizando su crianza, esperando a que alcanzaran un peso aproximado de 800 gramos para que puedan superar las amenazas de una vida en libertad”, relata a La Voz, Susana Montero, directora de Educación del Acuario de Sevilla.
Hablamos de depredadores naturales pero también de la amenaza del hombre a través de artes de pesca como el palangre o las redes a la deriva y también la presencia de plásticos en nuestros mares. “Es una responsabilidad en la que todos debemos estar involucrados, Las tortugas son sin duda, una de las grandes víctimas de la degradación del ecosistema marino por parte del hombre”, advierte Montero.
Segunda suelta
Parte de estas tortugas se liberaron el pasado mes de junio en la misma playa de San Juan de los Terreros de la puesta. El resto, eran liberadas allí, el motivo es las tortugas marinas, tras salir del nido acuden al mar y si consiguen sobrevivir a las adversidades naturales y antrópicas, al cabo de unos años y después de viajar por los océanos, vuelven a la misma zona donde nacieron para procrear.
En la suelta de ayer participaron un grupo de escolares de dos colegios del municipio de Pulpí con el objetivo de “sensibilizar a los más pequeños a conocer a parte de la fauna autóctona de su localidad, a que se sientan partícipes del proyecto de liberación de las tortugas a su hábitat y a que aprendan a ayudar en el caso de encontrarse el rastro de algún nido”, destacan desde el Acuario.
Cinco de las tortugas liberadas ayer llevan instalado un transmisor realizado por la Universidad Politécnica de Valencia dentro de un proyecto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que permitirá conocer los hábitos de desplazamiento de estas poblaciones y proponer las medidas de gestión más adecuadas para que vuelvan a desovar en las costas almerienses. De estos cinco ejemplares de tortugas hay una en especial, llamada “Morla”, cuyo transmisor ha sido financiado por una campaña de crowfunding organizada por la Asociación Hombre y Territorio.
Los ejemplares han sido soltados en San Juan de los Terreros, donde nacieron hace un año .
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