La Vuelta cambia de líder tras desinflarse Kwiatkowski.
De vértigo. Roquetas de Mar y toda la provincia de Almería disfrutaron de una quinta etapa de la Vuelta Ciclista a España 2018 que no defraudó. Desde la salida en Granada, los corredores buscaron la fuga y ello provocó que el pelotón aumentase la velocidad hasta alcanzar casi los 42 km/h de media, muy por encima de la media esperada por la organización. La Alpujarra almeriense, con terrenos de falso llano, no desgastaron en exceso a los escapados, pero sía al poderoso equipo Sky y su jefe de filas, Michal Kwiatkowski , que cedió el maillot rojo en Roquetas.
El héroe de una etapa en la que la fuga le ganó la partida al pelotón, fue Simon Clarke. El corredor del Education First-Drapac, se adjudicó la victoria después de 188,7 kilómetros y estrenó su palmarés en este curso y volvió a ganar seis años después en la Vuelta. Sólo necesitó de sangre fría y acelerar en el momento justo para ganar el sprint a sus otros dos compañeros de fuga, el holandés Bauke Mollema (Trek-Segafredo) y el italiano Alessandro de Marchi (Team BMC).
Este trío eran los supervivientes de una selección de 25 corredores que se formó en el inicio de una jornada que comenzó con un ritmo frenético, entre ellos el propio Rudy Molard, que fue echando cuentas con la calculadora para vestirse de un rojo que cedió el permisivo Sky, quizás con el propósito de aligerar trabajo para las jornadas venideras. Mollema, De Marchi y Clarke se adelantaron en El Marchal y en la cumbre contaban con 46 segundos de renta sobre otro trío perseguidor, con el italiano De Villella (Astana), el belga De Tier (Lotto Soudal), y el propio Rudy Molard, que se afanó más en el rojo que en la victoria de etapa pese al suspense de los dos kilómetros finales.
Tensión
En ese tramo final el marcaje de los de cabeza acercó a los perseguidores hasta la distancia justa, la que Clarke calculó para lanzarse hacia la meta con más fuerza que sus dos compañeros de penurias en la costa almeriense, y para suceder a ‘Il Bello’ Cipollini, que un mes después ganaría el jersey arcoiris en Zolder, como vencedor en Roquetas en 2002, por delante de su compatriota Alessandro Petacchi. Mientras, Molard, exhausto, llegó tan sólo 8 segundos después, sexto. Una distancia más que suficiente para vestir este jueves el rojo de líder, pues el pelotón, con Michal Kwiatkowski al frente, cedió casi 5 minutos (4:55). En la general, Rudy Molard aventaja al polaco en 1:01, mientras que el murciano Alejandro Valverde, primer español, es quinto a 1:13.
Protagonistas
Clarke, vencedor en Roquetas, atendía a los medios aún con la respiración acelerada por la llegada al sprint: “Crecí en la pista, tengo mucha velocidad. Es alucinante ganar por segunda vez en la Vuelta (en 2012 venció en Valdezcaray). Pensé que no repetiría. Me ha llevado mucho tiempo volver a disfrutar de esta sensación”. El líder, Molard, logra enfundarse el maillot rojo por primera vez. “Me considero un hombre de equipo, que se debe a sus líderes. Fugarme y recoger una recompensa así supone un extra”, confirmó. Roquetas elevó a la gloria a dos grandes corredores.
(La voz de Almería)
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