Las altas temperaturas causan estragos en el descanso.
Cenar ligero o echar las persianas para mantener la estancia oscura ayuda a conciliar el sueño.
Dormir con altas temperaturas es una tarea que a veces se convierte en toda una proeza. El descanso en verano, teniendo en cuenta que la climatología no da tregua, es una de las actividades más complejas que acaba pasando factura a lo largo del día: cansancio acumulado, irascibilidad o estrés son algunas de las consecuencias que se dan después de haber pasado una mala noche. Pero la solución para tener un buen descanso, y dormir de un tirón, no siempre pasa por el uso de aires acondicionados o ventiladores, que en algunas ocasiones inciden en el cuidado de la garganta. Existen una serie de rutinas que bien aplicadas, conseguirán que se duerma como un bebé. La primera de ellas es la hidratación. Beber agua constantemente, incluso cuando no se tiene sed, es una de las claves para regular la temperatura corporal. Así se evitará que estemos acalorados y eso tendrá su efecto en el descanso nocturno. Lo ideal en época de verano es tomar entre siete y ocho vasos de agua al día; un total de unos dos litros de agua. Además de agua, las bebidas isotónicas, que incluyen altas dosis de sodio, azúcar o glucosa y otros minerales como el potasio, son ideales para aumentar los niveles de energía, algo más bajos durante esta época del año debido al calor. Beber algo frío justo antes de ir a la cama también es importante. Te acostarás con una sensación de alivio que perdurará a lo largo de la noche. Las bebidas con toques cítricos ayudarán a ello. Igual que esto es efectivo, si esta bebida contiene alcohol no será tan buena idea. El alcohol aumenta la temperatura corporal debido a que este tipo de bebidas produce vasodilatación, o lo que es lo mismo, provoca que los vasos sanguíneos aumenten su diámetro interno. Esto provoca que llegue más sangre a la piel y como consecuencia esta se calienta más.
TOMAR UNA DUCHA CON AGUA TEMPLADA AYUDA MUCHO MÁS QUE SI EL AGUA ESTÁ MUY FRÍA
Una habitación a oscuras provocará que se descanse más. La incidencia del sol de forma directa recalienta la estancia, por eso se debe evitar en la medida de lo posible. Durante el día, se deben bajar todas las persianas para que no entren los rayos de forma directa y esto consiga un poco de umbría.
La ducha ha de ser con agua templada. A pesar de que parezca una contradicción, una ducha con el agua algo caliente ayudará a que el choque térmico sea menor. Esto provocará que la temperatura corporal esté más igualada a la del ambiente y la sensación de calor o agobio sea menor a largo plazo. Si por el contrario, eres de los que prefiere la ducha matinal solamente con lavarte las manos puede ser suficiente. Si se aumenta el radio de lavado hasta las muñecas la sensación térmica será más fría y, en consecuencia, se puede descasar mejor.
Escoger bien el atuendo con el que se duerme también es esencial para lograr dormir más horas seguidas. Telas como la seda, el lino, el algodón, la gasa o el satén ayudan a que la piel transpire y se esté más fresco.
Durante la cena se debe optar por tomar alimentos de ligera digestión. Hay que tener en cuenta que tanto los alimentos que se toman calientes, como los que provocan una irritación de la mucosa producen un aumento de la temperatura corporal.
Para acabar, un gesto tan sencillo como destapar la cama antes de acostarse, y siempre que la habitación esté en sombra, ayudará a que a la hora del descanso la cama esté mejor acondicionada.
(Diario de Almería)
Cenar ligero o echar las persianas para mantener la estancia oscura ayuda a conciliar el sueño.
Dormir con altas temperaturas es una tarea que a veces se convierte en toda una proeza. El descanso en verano, teniendo en cuenta que la climatología no da tregua, es una de las actividades más complejas que acaba pasando factura a lo largo del día: cansancio acumulado, irascibilidad o estrés son algunas de las consecuencias que se dan después de haber pasado una mala noche. Pero la solución para tener un buen descanso, y dormir de un tirón, no siempre pasa por el uso de aires acondicionados o ventiladores, que en algunas ocasiones inciden en el cuidado de la garganta. Existen una serie de rutinas que bien aplicadas, conseguirán que se duerma como un bebé. La primera de ellas es la hidratación. Beber agua constantemente, incluso cuando no se tiene sed, es una de las claves para regular la temperatura corporal. Así se evitará que estemos acalorados y eso tendrá su efecto en el descanso nocturno. Lo ideal en época de verano es tomar entre siete y ocho vasos de agua al día; un total de unos dos litros de agua. Además de agua, las bebidas isotónicas, que incluyen altas dosis de sodio, azúcar o glucosa y otros minerales como el potasio, son ideales para aumentar los niveles de energía, algo más bajos durante esta época del año debido al calor. Beber algo frío justo antes de ir a la cama también es importante. Te acostarás con una sensación de alivio que perdurará a lo largo de la noche. Las bebidas con toques cítricos ayudarán a ello. Igual que esto es efectivo, si esta bebida contiene alcohol no será tan buena idea. El alcohol aumenta la temperatura corporal debido a que este tipo de bebidas produce vasodilatación, o lo que es lo mismo, provoca que los vasos sanguíneos aumenten su diámetro interno. Esto provoca que llegue más sangre a la piel y como consecuencia esta se calienta más.
TOMAR UNA DUCHA CON AGUA TEMPLADA AYUDA MUCHO MÁS QUE SI EL AGUA ESTÁ MUY FRÍA
Una habitación a oscuras provocará que se descanse más. La incidencia del sol de forma directa recalienta la estancia, por eso se debe evitar en la medida de lo posible. Durante el día, se deben bajar todas las persianas para que no entren los rayos de forma directa y esto consiga un poco de umbría.
La ducha ha de ser con agua templada. A pesar de que parezca una contradicción, una ducha con el agua algo caliente ayudará a que el choque térmico sea menor. Esto provocará que la temperatura corporal esté más igualada a la del ambiente y la sensación de calor o agobio sea menor a largo plazo. Si por el contrario, eres de los que prefiere la ducha matinal solamente con lavarte las manos puede ser suficiente. Si se aumenta el radio de lavado hasta las muñecas la sensación térmica será más fría y, en consecuencia, se puede descasar mejor.
Escoger bien el atuendo con el que se duerme también es esencial para lograr dormir más horas seguidas. Telas como la seda, el lino, el algodón, la gasa o el satén ayudan a que la piel transpire y se esté más fresco.
Durante la cena se debe optar por tomar alimentos de ligera digestión. Hay que tener en cuenta que tanto los alimentos que se toman calientes, como los que provocan una irritación de la mucosa producen un aumento de la temperatura corporal.
Para acabar, un gesto tan sencillo como destapar la cama antes de acostarse, y siempre que la habitación esté en sombra, ayudará a que a la hora del descanso la cama esté mejor acondicionada.
(Diario de Almería)
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