Trabaja en el barrio de Piedras Redondas como farmacéutica, profesión que comparte con su pasión por la interpretación.
Eres farmacéutica, pero lo tuyo es el cine y el mundo audiovisual. ¿Una pasión bien encaminada, nada frustrada?
Es una pasión que tengo desde los ocho años. Quería ser bailarina de claqué. Una cosa es lo que soy otra lo que siento, que es pasión e ilusión por esta vida artística. Compartirlo con la gente que quieres es clave para mí, porque si no no tiene sentido ni la mejor película, ni la mejor obra, publicidad, etc.
¿Resulta difícil hacerse un hueco en este mundillo?
Sí, es complicado, al menos en Almería, aunque cada vez hay más rodajes. Es verdad que no es como Madrid o Barcelona... Por mi trabajo en la farmacia intento hacer cosas aquí en Almería.
Participaste en ‘Juego de Tronos’. ¿Cómo fue la experiencia?
Buenísima. El hecho de estar en un rodaje, que es donde yo me siento feliz y mi corazón se agita, es increíble. Me cautivó el equipo, de trescientas personas. Fui doble de luces de una actriz en la Alcazaba y tuve la suerte de que me invitaran a la fiesta de producción el último día. Lo que más me pesó fue dejar un papel de princesa que me ofrecieron debido a la incompatibilidad con mi trabajo.
Tu último rodaje fue en el vídeo del festival Primavera Sound de Barcelona, que se hizo en Tabernas. ¡Un video muy loco!
¡Sí! Lo disfruté muchísimo. Fue en el Mini Hollywood. Yo hacía de feligresa. En el video llegaba un chico al pueblo con un piano y de pronto desaparece la normalidad, el piano toca solo y nos volvemos todos locos: las mujeres tirándonos harina, los especialistas volando por las ventanas... (risas).
Ana Diosdado decía que los auténticos actores son esa raza indomable que interpreta los anhelos y fantasmas del inconsciente colectivo.
Sí, así somos.Sin límites a nada. Te quita los miedos. Eres tú sin prejuicios, sintiéndolo todo al cien por cien. Entras en un estado de pureza y libertad.
¿Qué te ha dado el arte?
Todo. Me ha hecho vibrar, sentir la felicidad plena. Y quiero más, no me bajo del carro (risas).
Trabajas en la farmacia de Piedras Redondas. El gran Rafa Azcona decía que se inspiraba para sus guiones en las conversaciones que escuchaba en los bares. Seguro que tienes anécdotas para una película. Mira, la farmacia y el cine están muy unidos…
Pues sí (risas). Trabajo con gitanos, con gente mayor, con gente joven... Me divierto mucho y aprendo. Me gusta la gente mayor, porque te da mucho. Los gitanos son muy puros y muy alegres. Yo digo siempre que soy más gitana que ellos. De todo hacen una fiesta. Son muy familiares y me tienen mucho cariño, igual que yo a ellos.
¿Cómo ves la sociedad actual?
Hay mucha dependencia de las redes, que están bien, pero en su justa medida. Y están bien porque te ofrecen mucha información y una conexión que antes no teníamos.
¿Estás desencantada con algo?
En política habría que hacer más y pensar y hablar menos. Se tendrían que dar importancia a los valores. Venimos a esta vida a ser felices, pero también a ayudar a los demás.
¿Piedras Redondas es un mundo aparte en ese sentido?
Sí, son muy piña, se ayudan todos y eso es muy importante. Hay que construir un mundo mejor y no pelearse. Desgraciadamente mucha gente quiere tener la última palabra.
¿Quién es la persona más importante en tu vida?
Mi padre. Me enseñó a vivir la vida y a amarla como la amaba él.
¿De qué estás orgullosa?
De mis dos pilares, la verdad y la lealtad. Son infranqueables.
(La voz de Almería)
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