Reunión del grupo de lactancia de Lactalmeria en el
centro de salud Virgen del Mar, tras la Bola Azul. Una decena de mujeres
con sus pequeños y, entre ellas, una pareja que aún no han sido padres
pero que están decididos a dar a su bebé leche materna el mayor tiempo
posible, entre los asistentes al primer encuentro tras el parón del
verano. María Cano es la responsable y la experta en la materia. Además
de enfermera es madre y ha vivido, como muchas otras, difíciles
situaciones, sobre todo fruto de la inexperiencia y también de la
incomprensión en general de su círculo más cercano, porque estaba
decidida a apurar el mayor tiempo posible el tiempo de lactancia de sus
hijos. Con la primera no pudo ser por un problema de intolerancia, así
que después puso en práctica todo lo que quiso haber hecho con la
primera y está feliz por ello.
Desde las 17.00 comenzaban a llegar las mamás con sus bebés, cada una con su respectiva experiencia, sus correspondientes problemas y satisfacciones. María primero escucha y después responde. “Mi hijo ha perdido peso la primera y la segunda semana y no sé si tengo que dejar de darle el pecho”; “he decidido que mi hijo va a tomar solo pecho hasta los seis meses y todo el mundo se empeña en que estoy loca”; “quiero continuar dando el pecho a mi hijo después de los seis meses y quiero practicar la alimentación complementaria después pero no sé muy bien cómo hacerlo?”. Estas son solo algunas de las cuestiones que se ponían sobre la mesa en la reunión; pero si algo tenían en común todas ellas, es en general la incomprensión de sus círculos más cercanos. Ellas están decididas a dar el pecho a sus hijos mientras puedan y muchas veces ni sus parejas están de acuerdo con eso. La presión que eso ejerce sobre ellas, en algunos casos las lleva a abandonar; pero en otros, las lleva a buscar información y apoyo profesional que las ayude a reforzarse en sus ideas. En Lactalmería lo encuentran, porque les resuelven sus dudas, las animan a cumplir con sus deseos; pero eso sí, siempre que la salud de sus bebés sea la adecuada y bajo la supervisión del pediatra, que es, al fin y al cabo quien tiene que decir si un niño está o no sano.
Las familias y los círculos más próximos ponen a veces muy cuesta arriba a muchas continuar con la lactancia.
Desde las 17.00 comenzaban a llegar las mamás con sus bebés, cada una con su respectiva experiencia, sus correspondientes problemas y satisfacciones. María primero escucha y después responde. “Mi hijo ha perdido peso la primera y la segunda semana y no sé si tengo que dejar de darle el pecho”; “he decidido que mi hijo va a tomar solo pecho hasta los seis meses y todo el mundo se empeña en que estoy loca”; “quiero continuar dando el pecho a mi hijo después de los seis meses y quiero practicar la alimentación complementaria después pero no sé muy bien cómo hacerlo?”. Estas son solo algunas de las cuestiones que se ponían sobre la mesa en la reunión; pero si algo tenían en común todas ellas, es en general la incomprensión de sus círculos más cercanos. Ellas están decididas a dar el pecho a sus hijos mientras puedan y muchas veces ni sus parejas están de acuerdo con eso. La presión que eso ejerce sobre ellas, en algunos casos las lleva a abandonar; pero en otros, las lleva a buscar información y apoyo profesional que las ayude a reforzarse en sus ideas. En Lactalmería lo encuentran, porque les resuelven sus dudas, las animan a cumplir con sus deseos; pero eso sí, siempre que la salud de sus bebés sea la adecuada y bajo la supervisión del pediatra, que es, al fin y al cabo quien tiene que decir si un niño está o no sano.
Las familias y los círculos más próximos ponen a veces muy cuesta arriba a muchas continuar con la lactancia.
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