Los miles de británicos afincados en la provincia no
han permanecido ajenos, ni mucho menos, al referéndum que hoy se celebra
en Escocia y del que depende que esta nación siga siendo parte del
Reino Unido. Han seguido con atención las novedades que en las últimas
semanas han aparecido en los medios de comunicación de habla inglesa
sobre una votación que, para algunos ingleses, es una “lástima” su mera
celebración” y en la que apuestan de forma decidida por el ‘no’.
“Es una lástima. Todos somos uno. Somos mejores juntos”, argumenta Peter, jubilado y natural de Londres. A su lado asiente David, también de origen inglés y convencido, al igual que su amigo, de que la separación no haría ningun bien a nadie. “Esperamos y creemos que ganará el ‘no’. Escocia necesita del Reino Unido”, añade.
Consecuencias Tanto Peter y David como el resto de ingleses preguntados enumeran rápidamente, al ser cuestionados, las posibles consecuencias que tendría una victoria del ‘sí’ a la independencia. Los servicios de los que serían excluidos los escoceses en caso de que el independentismo consiga más votos. “El sistema de salud nacional, la moneda, la pertenencia a la Unión Europea...” especifica una mujer, también jubilada, que pide mantenerse en el anonimato a pesar de su enérgico discurso por el ‘no’.
A favor de su opinión añade un argumento más. “Es un problema que puedan votar los jóvenes con 16 y 17 años. Ellos piensan que quizás puedan estar mejor de forma independiente porque no han vivido otras épocas”, razona. Relaciona así el auge independentista con la crisis económica, al estimar que muchos jóvenes atribuyen los actuales males económicos a la situación territorial.
Algo que no comparte en absoluto el matrimonio formado por Matt y Jackie Malaney. Preparan la entrevista en su casa, situada en la barriada zurgenera de El Cucador, sirviendo una bebida típica de Escocia. No es de extrañar. Se reconocen “muy patrióticos” y convencidos por completo de que una victoria del independentismo mejoraría la calidad de vida de los escoceses. Defienden que desde los 16 años las personas son capaces de pensar con la claridad, entendiendo que deben formar parte activa del debate porque “ellos son el futuro”.
No son tantos ni se acercan en número al resto de británicos residentes en comarcas como la del Almanzora o el Levante, pero en estas tierras también residen los verdaderos protagonistas de esta consulta. Al igual que en las múltiples encuestas publicadas sobre intención de voto, los escoceses cuestionados por este periódico muestran una división que sirve de ejemplo para conocer qué ocurre en las Islas Británicas.
Motivos del ‘sí’ Otra pareja de origen escocés que desea guardar el anonimato confiesa que se decantaría por el ‘no’. Desde luego, no sería el caso del matrimonio Malaney que, dicho sea de paso, lamenta que los residentes en el extranjero no se puedan pronunciar en el referéndum.
Los motivos a favor de la independencia son un “50% emocionales y otro 50% económicos”, según detalla este matrimonio con dos hijos residentes en Escocia. Aunque lo cierto es que en la conversación aparecen uno tras otro los argumentos de índole económico, centrados principalmente en el uso que hace de sus impuestos el Gobierno.
“Escocia es diferente. Es una región muy rica. Queremos un Parlamento que pueda hacer grandes cosas por nosotros. Ahora mismo decide en Londres un Gobierno al que nosotros no votamos”, señala de forma amigable y paciente Matt. Ambos rehusan de las “amenazas” que estos días, dicen, se han lanzado desde sectores a favor del ‘no’. “Dicen que no podremos hacer esto, que no podremos hacer lo otro... No creemos en las promesas de última hora del Gobierno británico porque ya las han hecho antes”, responde la mujer, Jackie al ser preguntados por los acuerdos ofrecidos en los últimos días por el primer ministro, David Cameron. Aún así, tienen “amigos ingleses” que seguirán siéndolo, aunque “amigos separados” si gana el ‘sí’, bromean.
Creen que separados de sus vecinos Escocia sería “más próspera, con más trabajo” y adelantan que si es esta la opción por la que hoy se decanta la mayoría, decorarán toda la casa con símbolos escoceses para celebrar una fiesta por todo lo alto. En caso contrario se mostrarían “tristes” pero solo por unos minutos. “Haríamos la fiesta igual. Los escoceses somos así”, apuntillan sonriendo.
Escoceses en Almería, divididos ante la consulta de hoy.
“Es una lástima. Todos somos uno. Somos mejores juntos”, argumenta Peter, jubilado y natural de Londres. A su lado asiente David, también de origen inglés y convencido, al igual que su amigo, de que la separación no haría ningun bien a nadie. “Esperamos y creemos que ganará el ‘no’. Escocia necesita del Reino Unido”, añade.
Consecuencias Tanto Peter y David como el resto de ingleses preguntados enumeran rápidamente, al ser cuestionados, las posibles consecuencias que tendría una victoria del ‘sí’ a la independencia. Los servicios de los que serían excluidos los escoceses en caso de que el independentismo consiga más votos. “El sistema de salud nacional, la moneda, la pertenencia a la Unión Europea...” especifica una mujer, también jubilada, que pide mantenerse en el anonimato a pesar de su enérgico discurso por el ‘no’.
A favor de su opinión añade un argumento más. “Es un problema que puedan votar los jóvenes con 16 y 17 años. Ellos piensan que quizás puedan estar mejor de forma independiente porque no han vivido otras épocas”, razona. Relaciona así el auge independentista con la crisis económica, al estimar que muchos jóvenes atribuyen los actuales males económicos a la situación territorial.
Algo que no comparte en absoluto el matrimonio formado por Matt y Jackie Malaney. Preparan la entrevista en su casa, situada en la barriada zurgenera de El Cucador, sirviendo una bebida típica de Escocia. No es de extrañar. Se reconocen “muy patrióticos” y convencidos por completo de que una victoria del independentismo mejoraría la calidad de vida de los escoceses. Defienden que desde los 16 años las personas son capaces de pensar con la claridad, entendiendo que deben formar parte activa del debate porque “ellos son el futuro”.
No son tantos ni se acercan en número al resto de británicos residentes en comarcas como la del Almanzora o el Levante, pero en estas tierras también residen los verdaderos protagonistas de esta consulta. Al igual que en las múltiples encuestas publicadas sobre intención de voto, los escoceses cuestionados por este periódico muestran una división que sirve de ejemplo para conocer qué ocurre en las Islas Británicas.
Motivos del ‘sí’ Otra pareja de origen escocés que desea guardar el anonimato confiesa que se decantaría por el ‘no’. Desde luego, no sería el caso del matrimonio Malaney que, dicho sea de paso, lamenta que los residentes en el extranjero no se puedan pronunciar en el referéndum.
Los motivos a favor de la independencia son un “50% emocionales y otro 50% económicos”, según detalla este matrimonio con dos hijos residentes en Escocia. Aunque lo cierto es que en la conversación aparecen uno tras otro los argumentos de índole económico, centrados principalmente en el uso que hace de sus impuestos el Gobierno.
“Escocia es diferente. Es una región muy rica. Queremos un Parlamento que pueda hacer grandes cosas por nosotros. Ahora mismo decide en Londres un Gobierno al que nosotros no votamos”, señala de forma amigable y paciente Matt. Ambos rehusan de las “amenazas” que estos días, dicen, se han lanzado desde sectores a favor del ‘no’. “Dicen que no podremos hacer esto, que no podremos hacer lo otro... No creemos en las promesas de última hora del Gobierno británico porque ya las han hecho antes”, responde la mujer, Jackie al ser preguntados por los acuerdos ofrecidos en los últimos días por el primer ministro, David Cameron. Aún así, tienen “amigos ingleses” que seguirán siéndolo, aunque “amigos separados” si gana el ‘sí’, bromean.
Creen que separados de sus vecinos Escocia sería “más próspera, con más trabajo” y adelantan que si es esta la opción por la que hoy se decanta la mayoría, decorarán toda la casa con símbolos escoceses para celebrar una fiesta por todo lo alto. En caso contrario se mostrarían “tristes” pero solo por unos minutos. “Haríamos la fiesta igual. Los escoceses somos así”, apuntillan sonriendo.
Escoceses en Almería, divididos ante la consulta de hoy.
Comentarios
Publicar un comentario