Varón de 33 años con fiebre y malestar general, y llegado de Guinea Conakry en los últimos 15 días. Bastó con estos datos para que el personal sanitario que la noche del miércoles trabajaba en Urgencias en el centro de salud de Roquetas Norte activara el protocolo ante la sospecha de un posible caso de ébola. Una epidemia que está arrasando con la población en el continente africano. Ayer tarde, se confirmaba que el paciente aislado en Torrecárdenas padece paludismo y no ébola.
Esta enfermedad, causada por un mosquito y conocida también bajo el nombre de malaria, cursa con fiebre alta, vómitos y dolores lumbares, y tiene cura. La responsable del Distrito Poniente, Juana Montoya, informaba a las 21.30 horas al personal sanitario de que el “ébola quedaba descartado”.
El protocolo llevó al cierre del área de Urgencias del centro de
Roquetas para su desinfección (ayer tarde ya había reabierto sus
puertas) y al traslado del paciente a Torrecárdenas, donde quedó
ingresado en un box de aislamiento de la UCI específicamente preparado
para estos casos. Se trata de una sala totalmente aislada y a la que el
personal accede con trajes de protección individualizados.
Trajes que no sólo utiliza el personal sanitario sino también el de
limpieza, tal y como se había programado con anterioridad. Y es que en
las últimas semanas, la dirección gerencia del hospital Torrecárdenas ha
convocado varias charlas para informar a todo el personal (desde los
celadores hasta los sanitarios pasando por el servicio de limpieza) del
modo preciso de actuar ante un caso de sospecha de ébola.
Los médicos intensivistas, las enfermeras de UCI y el personal de
limpieza que ayer tenía contacto en Torrecárdenas con el paciente
actuaban con “tranquilidad”. Y es que, a pesar de la seriedad que
requiere el asunto, decían desde el área de UCI, seguir el protocolo al
pie de la letra ofrece seguridad.
Una seguridad que se buscó desde el inicio cuando una ambulancia
especialmente preparada trasladó al joven guineano hasta el hospital de
la capital, a donde accedió desde la zona del Mortuorio para evitar
pasar por Urgencias. Ya en el centro hospitalario, quienes le iban a
atender estaban preparados, aseguraban a este periódico.
Y los sanitarios que se quedaban en Roquetas eran informados del
procedimiento a seguir en el caso de que observaran algún síntoma. De lo
contrario, “vida normal”.
Y es el que el ébola no se transmite vía aérea como una gripe, sino
que requiere de intercambio de fluidos por lo que es imprescindible
tocar al infectado para incubar esta infección, aseguran desde el centro
hospitalario.
Aún así, se ha informado a todas las personas que el miércoles
pudieran haber tenido contacto con el paciente en el centro roquetero.
Ahora queda esperar los resultados completos del laboratorio de
Microbiología del Hospital Carlos III de Madrid para que el paciente,
“que ayer tarde se encontraba tranquilo, aunque algo aburrido”, sea
tratado conforme a su enfermedad.
Por lo pronto, ya ha comenzado a ser tratado como paciente con
paludismo o malaria, lo que convierte el caso almeriense en similar a
otros que, bajo sospecha de ébola, han sido descartados en España.
El joven de 33 años continúa ingresado en el módulo de aislamiento aunque ya se ha descartado el ébola.
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