Esta vecina de El Quemadero lleva años buscando solución a los daños en su fachada.
Lo normal cuando pasamos un tiempo fuera de casa, es volver y encontrarla en las mismas condiciones en las que la dejamos. Eso creía Carmen San Juan, vecina de El Quemadero, cuando hace ya unos años, tuvo que pasar una temporada en Granada por “una grave situación familiar”. Sin embargo, a su regreso, se topó, literalmente, con un muro de hormigón.
Era la acera de su calle que, tras unas obras de asfaltado en la vía, el Barranco las Bolas, se había comido su fachada hasta colonizar “medio metro” de una de sus ventanas.
Carmen explica que los operarios encargados de la actuación desmontaron su reja y la cortaron para adaptarla a las nuevas medidas de la acera. Todo eso sin su permiso.
Esta vecina denuncia que la actuación no respetó la fisionomía original de la vivienda, en la que existía una acera a dos niveles para garantizar la distancia de las ventanas con el suelo, como se puede apreciar en la imagen de la derecha.
Un sinfín de problemas
La decisión de eliminar ese doble nivel de la calle y construir una nueva acera sin respetar la fachada del edificio del número 1 de la Calle Buenavista ha acarreado numerosos inconvenientes a Carmen.
Ella, con un tono de angustia evidente en su voz, reconoce que no se trata únicamente de un trastorno estético en la fisionomía de su hogar. La modificación ha provocado, por ejemplo, un aumento de las humedades, como también se observa en la imagen de la ventana afectada, que se ha trasladado al interior de la vivienda.
Además, el agua de lluvia se cuela en la casa de esta señora de 75 años, “harta de limpiar todos los días el polvo y los desperdicios” que acumula el alféizar, entre ellos, la orina de los animales que pasan por la acera.
Preguntas sin respuesta
De toda la situación, lo que más molesta a Carmen es la indiferencia. Reconoce que lleva “un año y medio” pidiendo respuestas y “soluciones” a su problema en al Ayuntamiento sin que le hayan dicho nada, “ni se hayan preocupado por arreglarlo”.
Además, esta vecina quiere que se reconozca la negligencia a la hora de realizar la obra y que se hizo “porque no estaba y pensaban que aquí no vivía nadie, pero eso no se puede consentir”. Ahora espera que su voz sea más fuerte y, por fin, le hagan caso.
(La voz de Almeria)
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