Vecinos de la comarca de Los Vélez buscan una solución real a los problemas hídricos existentes.
El agua, ese bien tan preciado hoy en día, y más en época de sequía y escasez de lluvias como la que se vive en los últimos meses; es desde hace varios años el mayor quebradero de cabeza de los vecinos de la comarca de Los Vélez. El motivo sería la sobreexplotación hídrica en la zona por parte de las empresas agrícolas allí instaladas, asegura Pascual Soriano, presidente de la Asociación en Defensa del Agua de Los Vélez; quienes piden “que se suspendan temporalmente las explotaciones”.
Una demanda que afecta a los municipios de Vélez Rubio, Vélez Blanco, María y Chirivel, cuyo objetivo final es obtener una solución real a los problemas de abastecimiento y merma del caudal de los pozos subterráneos de la zona. Así, “si se demuestra después que no influyen (las explotaciones), que sigan”, subraya Soriano.
Se quedan sin tiempo
“No queremos más estudios”, asegura el presidente de la Asociación después de haber solicitado un gran número de informes a expertos, entre ellos a algunos geólogos, que han analizado las cuencas hídricas que suministran (o lo hacían antaño) agua a los cerca de 14.000 habitantes de los pueblos afectados.
Lo que persiguen es una actuación que permita a sus vecinos continuar con su vida. Y es que los terrenos que se están quedando secos “son herencia de toda la vida” de padres a hijos y ahora “no pueden regar sus tierras. Incluso tienen que comprar agua para dar de beber a los animales”.
Situación límite, asegura Soriano, que afecta también al éxodo de población, haciéndola disminuir, por la falta de agua. Los vecinos están “desmoralizados” porque no pueden regar y ven peligrar su medio de vida. Algo que incluso llevó a Miguel Martínez, alcalde de Vélez Rubio, a plantearse la restricción del uso del agua en el verano de 2016.
“El poder de una empresa grande hace que las cosas avancen a medias”, recalca Soriano. Pues lo que empezó con propuestas agrícolas de pequeñas empresas “se ha incrementado”, llegando incluso a plantar unas 800 hectáreas de cultivo de regadío (lechuga, brócoli y similares) cuyo volumen de producción requiere gran cantidad de agua.
Es por ello que los afectados creen que estas empresas, al parecer sólo cinco, deberían aprovechar “zonas donde no haya gente” u optar por “utilizar agua de desaladoras” para regar sus campos sin necesidad de secar los pozos que abastecen a las poblaciones cercanas.
“Hemos hecho todo por la vía legal” para evitar la sobreexplotación de los manantiales de la comarca, “sólo nos faltaría tener que salir con la escopeta”, comenta Pascual Soriano. Una problemática que atribuye tanto a los actuales como a los anteriores dirigentes, pues no se molestaron en controlar el crecimiento agrícola o limitar el uso de agua. “¿Hasta qué extremo hay que llegar para que actúen las leyes?”, se pregunta.
Más visibilidad
“Hemos recibido a muchos políticos y enviado una decena de escritos, incluso a la ministra. Pero no se ha hecho nada”. El Defensor del Pueblo “escribió a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y no obtuvo respuesta”, comenta Soriano con una mezcla de tristeza e impotencia a LA VOZ DE ALMERÍA.
Desde 2001, la Asociación ha realizado varias peticiones al Senado para que estudien el caso y den respuesta a esta situación. Escritos que, recientemente, han salido a la luz para preparar la charla que se realizará hoy, 30 de octubre a las 19.30 horas, en el Ayuntamiento de Vélez Rubio. Cita a la que acudirán los senadores Maribel Sánchez (PP) y Luis Crisol (Cs), junto a José Luis Pérez Navas (PSOE), para ponerse al día de la situación actual después de que la Comisión de Medio Ambiente y Cambio Climático del Senado aprobase hace unos días una moción para instar al Gobierno a garantizar y preservar la cantidad y calidad del agua en la comarca.
“Es una alegría verse en el Senado”, aunque la moción presentada y defendida por los senadores, por la cual se interesó Crisol a principios de enero, “está desfasada con arreglo a la actualidad”. Por ello, la Asociación quiere “actualizar las peticiones” pues “el nivel del agua ha subido por parar la sobreexplotación” y plantar sólo 50 hectáreas en lugar de 700. Un ‘impasse’ que “ha nivelado la situación hídrica y bajado la actividad reivindicativa”. Espera que “igual nos beneficia, o no”, se cuestiona Soriano.
“Quizá la climatología y los pantanos vacíos nos ayuden en nuestra causa”, subraya. Pues distinto es que el problema del agua fuese por solidaridad, “para dársela a una población vecina que la necesitase”. Pero para “engordar carteras y riquezas de las empresas no. No lo veo justo”, concluye.
(La voz de Almería)
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