En esta pequeña localidad nijareña, aupada en la cresta de la vertiente sur de Sierra Alhamilla desde donde domina la Villa de Níjar y un hermoso valle salpicado de norias, la Iglesia de la Virgen del Rosario, un templo de 1690 y con trazas de arte mudéjar, acoge a la Virgen que le da nombre y que se ha convertido en el centro de la disputa.
La Romería de 2015
Todo comenzó con motivo de la romería del año pasado, que se celebra el 8 de octubre, cuando el párroco de níjar, de quien depende el templo de Huebro, quiso bajar a la Virgen hasta la iglesia de la Villa durante las fiestas para celebrar allí varios actos religiosos. Ante esta propuesta, los vecinos que se oponían a esta iniciativa se encerraron en la iglesia para evitar que se llevaran a ‘su’ virgen. Al final, no hubo traslado, pero la romería quedó deslucida, ya que ni la pequeña Virgen del Rosario que hay en la Villa subió al habitual y festivo encuentro con la ‘titular’ en el camino a Huebro ni los feligreses fieles al párroco participaron en la fiesta.
Desde ese momento, las relaciones entre la Asociación de Vecinos Nuestra Señora del Rosario y el párroco de Níjar no han sido muy fluidas. “En octubre estalló el problema y después dejaron de subir a decir misa, ni siquiera en Los Santos”, asegura Jesús Martínez, de la Asociación.
El último desencuentro se produjo a cuenta de los enseres o abalorios de la imagen, que en opinión de los vecinos son de su propiedad y ellos son los encargados de custodiarlos, mientras que el párroco, que cuenta con el apoyo del Obispado, insiste en que son de la Iglesia y tienen que devolverlos. Pero los vecinos no se han estado quietos y acudieron a un notario para que diera fe en lo que han llamado ‘Manifestaciones del Consejo de ancianos’ de que la imagen de la Virgen del Rosario, así como sus enseres, pertenecen al pueblo. Según relata Martínez, este documento, fue enviado al Obispado y, poco después, se mandó otro escrito advirtiendo de que “si no nos contestaban al anterior daríamos por hecho que nos daban permiso para llevarnos la virgen”. Fue entonces cuando se cerró la iglesia de Huebro.
Quejas de los feligreses
Ahora, los vecinos se han cansado de esta situación y denuncian que “los devotos de la virgen del Rosario y feligreses de esta iglesia no pueden entrar a este lugar, ya que por una decisión que no depende de ellos, no se ofician actos religiosos. Aún así, los fieles siguen acudiendo a las puertas de esta iglesia, donde dejan las flores y velas, que bien tienen como promesa entregar a la imagen de la virgen del Rosario y su iglesia”, explican en un comunicado.
También les preocupa el hecho de que “además de no recibir visitas, el templo no se limpia desde entonces, por lo que es estado de dejadez puede ser importante”.
Ahora, la mayor preocupación de los vecinos de esta barriada es la proximidad de las fiestas de Huebro y la celebración de la Romería de la Virgen del Rosario que, si el Obispado no lo impide, esperan que puedan celebrarse los días 7, 8 y 9 de octubre.
Los enseres y un triduo
No obstante, desde el Obispado confirman que la iglesia de Huebro está cerrada y sin culto desde marzo, pero aseguran que, hace solo unos días, ha habido una reunión entre los vecinos y el vicario en la que se ha tratado de zanjar el problema. Según ha explicado el responsable de Comunicación del Obispado, Ramón Bogas, se ha acordado que “van a devolver los enseres de la Virgen y que unos días antes de las fiestas se bajará la Virgen a la iglesia de Níjar, donde se celebrará un triduo en su honor, para subirla de nuevo hasta Huebro para los días de celebración”.
Bogas lamenta la actitud de “unos pocos vecinos” que “se arrogan la voluntad de un pueblo”. Además, recuerda que la Virgen no es propiedad de nadie en concreto, “sino de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios”.
El enfrentamiento entre vecinos y el párroco de Níjar se produjo durante las fiestas de 2015
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