Lo nunca visto: ocho buques mercantes, junto a dos atracados, hacían cola ayer en el horizonte marino -como en el médico- para entrar a cargar yeso en el Puerto comercial de Garrucha.
La demanda de este mineral que se extrae de las canteras de Sorbas se ha multiplicado en los últimos meses y es previsible, según el director general de Saint-Gobain Placo, Víctor Bautista, la empresa que explota la cantera, que este año, sumando también los puertos de Almería y Carboneras, se exporten más de seis millones de toneladas, récord histórico, el doble que frutas y hortalizas (2,5 millones la última campaña).
La explicación para este notable incremento en ventas de este sulfato de calcio, según Bautista, “no la sabemos con exactitud, pero todo apunta a un alza de la construcción y a que se valora más nuestro yeso natural que el de otras partes del mundo”.
Más del 80% del yeso que se carga en la provincia se hace a través del Puerto de Garrucha por su competitividad: la cantera está a veinte minutos por carretera del Muelle de carga y eso lo hace imbatible frente a otros productores rusos que tardan varios días en trasladar el mineral al puerto más cercano.
Garrucha exportó el año pasado 5,5 millones de toneladas, que ya fue récord histórico, lo que coloca a esta dársena como la más rentable de la red de puertos autonómicos de la Empresa Pública de Puertos de Andalucía.
El Gobierno autónomo, vía tasa, se lleva un porcentaje de cada tonelada de carga. El resto del yeso se extrae de otras canteras más cercanas a la capital como la de Tabernas o El Cigarral, explotadas por la empresa Torralba, pero representan un volumen muy inferior. El yeso almeriense se consume en casi todos los países, principalmente Estados Unidos. Es un negocio muy estacional y la demanda fluctúa, según temporada. El destino de este mineral es principalmente para la construcción, estucados, cerámicas y escayolas. Carboneras también carga una pequeña cantidad de yeso en el Muelle Ribera 1.
Placo tiene en Sorbas la cantera de yeso más grande de Europa y la segunda del mundo con 200 hectáreas de ocupación.
De paylabotes y gabarras a buques mercantes
Antes de que los cargueros de graneles sólidos como el yeso dominaran el paisaje marino de Garrucha, la actividad mercantil de su fondeadero, cuando solo era una rada, estaba dominada por los paylabotes que cargaban primero barrilla y esparto y después mineral de plata y plomo de las minas de Sierra Almagrera más el hierro de Bédar. En esos días ya lejanos, las gabarras varadas en la playa eran cargadas de arrobas de mineral y lo hombres bogaban y bogaban hasta acercar la mercancía al vapor anclado a unas pocas millas. No podía acercarse a la costa puesto que no había suficiente calado ni muelle que lo amparara. Después de la Guerra Civil siguió cargándose, aunque con menor intensidad, algo de mármol de Macael, naranjas de Gatas y de Antas y esparto de los herederos de Simón Fuentes.
Hasta que apareció la veta de yeso en la década de los 70 y la actividad mercantil ha ido resurgiendo con la ampliación de la supeficie del muelle de carga y de su calado para barcos de mayor tonelaje. El yeso almeriense, por su granulometría, es muy cotizado en los mercados y promueve una industria auxiliar de más de 200 camiones de transporte.
(La voz de Almería)
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