La nave de carga rusa 'Progress M-27M', lanzada el martes por la mañana desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS), está completamente fuera de control y ha empezado ya su vuelo de caída hacia la Tierra. Así lo aseguraban ayer fuentes de la industria aeroespacial de Rusia citadas por la agencia Ria-Nóvosti. «No se han podido encender los motores de propulsión para efectuar una maniobra de corrección del rumbo y la nave de carga está dejando gradualmente su órbita», afirmaba el experto. Según sus informaciones, «la velocidad de caída variará en función del estado de la atmósfera y del viento solar». Esta misma fuente sostenía que «calcular con precisión la fecha y el emplazamiento en donde caerán los fragmentos de la 'Progress' que no se desintegren en las capas densas de la atmósfera será posible sólo unas horas antes del impacto con la Tierra».
Por su parte, la agencia TASS señalaba que en el Centro de Control de Vuelos de Koroliov (TsUP), en las afueras de Moscú, «consideran imposible recuperar el contacto con el carguero (...) para recolocarlo en su órbita». Un primer pronóstico estima que los restos caerán sobre la superficie terrestre entre los días 7 y 11 de mayo en una franja que incluye Norteamérica y gran parte de Europa.
Por su parte, la agencia TASS señalaba que en el Centro de Control de Vuelos de Koroliov (TsUP), en las afueras de Moscú, «consideran imposible recuperar el contacto con el carguero (...) para recolocarlo en su órbita». Un primer pronóstico estima que los restos caerán sobre la superficie terrestre entre los días 7 y 11 de mayo en una franja que incluye Norteamérica y gran parte de Europa.
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