Se encontraba en el balcón de su casa y pedía ayuda a gritos. Afortunadamente, sus vecinos dieron la voz de alerta y los agentes de la Policía Local y efectivos del Servicio de Bomberos de Almería pudieron rescatarla. Se trata de C.G.F., una mujer de 82 años, natural y vecina de la capital almeriense, que este miércoles pudo abandonar por fin su hogar, tras permanecer dos días encerrada tras la marcha de su nieto.
Fuentes de la Policía Local han ampliado a Diario de Almería la información facilitada por el Ayuntamiento, configurando un rocambolesco relato que deja en evidencia las carencias que sufren muchos de los residentes de la ciudad. Y es que, si el abandono de su nieto fuese poco, la mujer no tenía luz ni agua en su domicilio, o alimento alguno que echarse a la boca.
Eran las seis menos cuarto de la tarde del miércoles cuando el servicio de emergencias 112 de Andalucía telefoneaba a la Sala del 092 para comunicar que, según informadores particulares, había una mujer de avanzada edad en un balcón de la calle Malecón Fernández Caballero, en el barrio de Plaza de Toros, que gritaba asegurando que llevaba encerrada desde hacía dos días.
Así pues, de inmediato fueron movilizados hasta el lugar efectivos de la Policía Local, una patrulla que a su llegada observó que en una ventana del edificio en cuestión se encontraba una señora en "un estado muy nervioso que, ante la presencia policial, pedía auxilio gritando".
Los agentes comprobaron que la puerta de acceso a la vivienda se encontraba cerrada, por lo que requirieron la presencia del servicio de Bomberos, así como de una ambulancia medicalizada.
Los Bomberos procedieron a acceder al piso a través de la ventana en la que se hallaba la señora para, a continuación, desmontar la cerradura de la puerta para poder facilitar así el acceso al médico y a los policías actuantes, a quienes la víctima aseguró que su nieto, J.J.M.M., de 36 años, con el que convivía, se había marchado hace dos días del domicilio, dejándola encerrada en el mismo, ignorando su paradero.
Durante este tiempo, la mujer, según relató a los agentes, no ingirió alimento alguno, algo que pudieron comprobar los policías, ya que en la casa no había ni alimentos ni tampoco suministro de luz y agua. El reconocimiento médico permitió constatar que, afortunadamente, la anciana carecía de lesiones y que su estado no precisaba de su traslado a un centro médico.
Las fuentes consultadas por este periódico apuntan que "a la mujer había que verla en ese momento, la situación que nos encontramos fue poco halagüeña", aunque la mujer estaba "bien física y mentalmente".
Al parecer, "el nieto vivía con ella pero aparece poco o nada por la casa; la señora comía poco y en la casa no había nada, ni luz, ni agua, y el frigorífico sin comida. He visto casas peores pero había deficiencias de salubridad, eso sí", según las fuentes consultadas.
Las gestiones realizadas por la Sala del 092 permitieron localizar a una nieta de C.G.F., quien procedió a llevarse a la abuela a su domicilio, mientras prosigue la búsqueda del presunto culpable de lo ocurrido. El SAF de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y en los próximos días continuarán las declaraciones para esclarecer los hechos.
Convivía con un nieto que la dejó atrapada en su vivienda, por lo que se vio obligada a pedir ayuda a gritos desde un balcón
Fuentes de la Policía Local han ampliado a Diario de Almería la información facilitada por el Ayuntamiento, configurando un rocambolesco relato que deja en evidencia las carencias que sufren muchos de los residentes de la ciudad. Y es que, si el abandono de su nieto fuese poco, la mujer no tenía luz ni agua en su domicilio, o alimento alguno que echarse a la boca.
Eran las seis menos cuarto de la tarde del miércoles cuando el servicio de emergencias 112 de Andalucía telefoneaba a la Sala del 092 para comunicar que, según informadores particulares, había una mujer de avanzada edad en un balcón de la calle Malecón Fernández Caballero, en el barrio de Plaza de Toros, que gritaba asegurando que llevaba encerrada desde hacía dos días.
Así pues, de inmediato fueron movilizados hasta el lugar efectivos de la Policía Local, una patrulla que a su llegada observó que en una ventana del edificio en cuestión se encontraba una señora en "un estado muy nervioso que, ante la presencia policial, pedía auxilio gritando".
Los agentes comprobaron que la puerta de acceso a la vivienda se encontraba cerrada, por lo que requirieron la presencia del servicio de Bomberos, así como de una ambulancia medicalizada.
Los Bomberos procedieron a acceder al piso a través de la ventana en la que se hallaba la señora para, a continuación, desmontar la cerradura de la puerta para poder facilitar así el acceso al médico y a los policías actuantes, a quienes la víctima aseguró que su nieto, J.J.M.M., de 36 años, con el que convivía, se había marchado hace dos días del domicilio, dejándola encerrada en el mismo, ignorando su paradero.
Durante este tiempo, la mujer, según relató a los agentes, no ingirió alimento alguno, algo que pudieron comprobar los policías, ya que en la casa no había ni alimentos ni tampoco suministro de luz y agua. El reconocimiento médico permitió constatar que, afortunadamente, la anciana carecía de lesiones y que su estado no precisaba de su traslado a un centro médico.
Las fuentes consultadas por este periódico apuntan que "a la mujer había que verla en ese momento, la situación que nos encontramos fue poco halagüeña", aunque la mujer estaba "bien física y mentalmente".
Al parecer, "el nieto vivía con ella pero aparece poco o nada por la casa; la señora comía poco y en la casa no había nada, ni luz, ni agua, y el frigorífico sin comida. He visto casas peores pero había deficiencias de salubridad, eso sí", según las fuentes consultadas.
Las gestiones realizadas por la Sala del 092 permitieron localizar a una nieta de C.G.F., quien procedió a llevarse a la abuela a su domicilio, mientras prosigue la búsqueda del presunto culpable de lo ocurrido. El SAF de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y en los próximos días continuarán las declaraciones para esclarecer los hechos.
Convivía con un nieto que la dejó atrapada en su vivienda, por lo que se vio obligada a pedir ayuda a gritos desde un balcón
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