En Almería, esta tradicional fiesta tiene un marcado carácter diferenciador. Una celebración que tiene como tradición bañarse y lavarse los ojos para que te den salud y belleza el resto del año y que los antiguos rememoran de una costumbre traída de una época donde en Almería predominaba el cultivo del esparto, que provocaba una enfermedad en los ojos, la tracoma, y que hacía que los almerienses fueran conocidos fuera de las fronteras provinciales con el sobrenombre de ‘legañosos’. Dicen los mayores, que lavándose los ojos se lograba salud en los ojos y belleza para todo el año.
Seguridad
En distintas zonas del Paseo Marítimo y desde primera hora, se podían ver a los distintos servicios de emergencia, bomberos, ambulancias, policías nacionales y policías locales. Todos ellos, para garantizar que la fiesta transcurra según lo previsto, entre fiesta, música, castillo de fuegos artificiales y buena comida, pero siempre compartida entre amigos.
Todos en la fiesta
La internacionalidad de la noche de San Juan en Almería se refleja en el número de almerienses, del resto de España y de otras nacionalidades y razas, que han hecho como suya una de las fiestas paganas más arraigadas en Almería.
En uno de los grupos y en su amplia tienda de campaña, un numeroso grupo de estudiantes de distintos municipios andaluces y almerienses, algunos de ellos conociendo por primera vez la noche de San Juan en Almería, disfrutaron hasta altas horas de la madrugada, aprovechando que hoy miércoles en día festivo y de descanso en la Universidad de Almería, donde están estudiando.
En familias
El claro ejemplo de cómo se celebra la noche más corta del año son los amigos Guillermo Expósito, Inma Mora, Ángel López, Pilar Ruiz, José Pérez, Noelia Pérez, Nacho Martín, Inma Aguilar, Juan Miguel Esteban, Antonio Guirado, David Fernández y Mariola Molina, que junto a sus respectivos hijos, compartieron comida, bebidas y sobre todo amistad.
Una de las almerienses que hizo un alto en el camino en su actividad profesional es la torera Cristina Hernández. Tras su última tarde toreando, en las fiestas de Santa María del Águila y antes de continuar con los festejos taurinos del verano, disfrutó de la noche de San Juan, con su familia y amigos, en la playa del Palmeral, en Almería. “Siempre es bonito estar en mi tierra, con mi familia y amigos y disfrutar de una noche tan mágica y bonita como es la noche de San Juan en Almería. Para mí fue muy importante torear en mi tierra , en Almería, con mis paisanos, en Santa María del Águila. Para mí fue muy importante. Disfruté muchísimo. Una mujer torera tiene que demostrar mucho más su valía que un hombre”, indica a LA VOZ la torera Cristina Hernández.
El castillo de fuegos artificiales, a las doce de la noche, marca la hora de repetir la tradición
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