Salua Atta vivió, el pasado martes, la sorpresa más desagradable de su vida. Volvía de hacer la compra y de recoger del colegio a sus dos hijos, de nueve y siete años. Cuando fue a abrir la puerta, se dio cuenta de que alguien había cambiado la cerradura. La orden de desahucio dictada por el Juzgado de Instrucción número 5 de El Ejido se había llevado a cabo en ese intervalo, el corto espacio de tiempo en el que salió de casa, se acercó al supermercado y fue a buscar a los niños.
A punto de dar a luz
Dentro de la vivienda se quedaron todos los enseres personales de la familia: la ropa, los juguetes de los críos, la cuna que espera al recién nacido…porque Salua está embarazada de ocho meses. Ahora, a punto de dar a luz, ella, su marido y sus dos hijos, se encuentran en la calle, víctimas de un desahucio injusto.
El matrimonio llevaba viviendo en el mismo piso, en un inmueble situado en pleno Bulevar de El Ejido, desde hace siete años. Los vecinos hablan de ellos como una familia “ejemplar”, una pareja amable y trabajadora, preocupada por la educación de sus hijos. “Son muy buenas personas, es muy triste lo que les está pasando”, contaba ayer Mari Carmen Vargas, vecina del matrimonio. “En la comunidad estamos muy afectados, no se merecen lo que está ocurriendo”.
Sin pagar la hipoteca
El desalojo se produce porque el dueño de la vivienda dejó hace meses de pagar la hipoteca al banco. Sin embargo, Salua y su familia han seguido pagándole al propietario del piso, puntualmente, los 200 euros del alquiler y abonándole también el coste de los recibos de agua y luz. En ningún momento, la pareja fue advertida por el casero de que, sobre el inmueble, pendía una ejecución hipotecaria.
“He recorrido muchas inmobiliarias y me dicen que no hay pisos en alquiler. Mi hija mayor me preguntaba ayer que por qué no podía pasar a su casa. Estuvo toda la tarde llorando y muy mal porque ahora justo estaba preparando los exámenes. El niño, igual. Yo estoy muy nerviosa, a punto de dar a luz y nos vemos en esta situación, sin casa”, decía ayer Salua.
La pareja lleva desde el martes buscando ayuda en todas partes: en Servicios Sociales, en la Oficina de Intermediación Bancaria, en el banco que se ha quedado con la vivienda. Y en todos halla la misma respuesta, que los trámites siguen adelante y no se les puede ayudar.
Dos desalojos diarios
Según datos de la Plataforma Anti Desahucios, Almería es la provincia andaluza en la que más aumentaron el año pasado los desahucios, algo más de un 2 por ciento respecto a los datos de 2014. Sin tener en cuenta los lanzamientos por alquiler (que sería el caso de esta familia), en 2015 se presentaron 2.944 ejecuciones hipotecarias, de las que 730 terminaron materializadas en un desalojo, a una media de dos diarios. La tercera parte de las ejecuciones hipotecarias, como se explica desde la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, se deben a contratos de arrendamiento, es decir, viviendas de alquiler.
Llevaban siete años viviendo en el piso. Tienen dos niños pequeños y ella está a punto de dar a luz.
A punto de dar a luz
Dentro de la vivienda se quedaron todos los enseres personales de la familia: la ropa, los juguetes de los críos, la cuna que espera al recién nacido…porque Salua está embarazada de ocho meses. Ahora, a punto de dar a luz, ella, su marido y sus dos hijos, se encuentran en la calle, víctimas de un desahucio injusto.
El matrimonio llevaba viviendo en el mismo piso, en un inmueble situado en pleno Bulevar de El Ejido, desde hace siete años. Los vecinos hablan de ellos como una familia “ejemplar”, una pareja amable y trabajadora, preocupada por la educación de sus hijos. “Son muy buenas personas, es muy triste lo que les está pasando”, contaba ayer Mari Carmen Vargas, vecina del matrimonio. “En la comunidad estamos muy afectados, no se merecen lo que está ocurriendo”.
Sin pagar la hipoteca
El desalojo se produce porque el dueño de la vivienda dejó hace meses de pagar la hipoteca al banco. Sin embargo, Salua y su familia han seguido pagándole al propietario del piso, puntualmente, los 200 euros del alquiler y abonándole también el coste de los recibos de agua y luz. En ningún momento, la pareja fue advertida por el casero de que, sobre el inmueble, pendía una ejecución hipotecaria.
“He recorrido muchas inmobiliarias y me dicen que no hay pisos en alquiler. Mi hija mayor me preguntaba ayer que por qué no podía pasar a su casa. Estuvo toda la tarde llorando y muy mal porque ahora justo estaba preparando los exámenes. El niño, igual. Yo estoy muy nerviosa, a punto de dar a luz y nos vemos en esta situación, sin casa”, decía ayer Salua.
La pareja lleva desde el martes buscando ayuda en todas partes: en Servicios Sociales, en la Oficina de Intermediación Bancaria, en el banco que se ha quedado con la vivienda. Y en todos halla la misma respuesta, que los trámites siguen adelante y no se les puede ayudar.
Dos desalojos diarios
Según datos de la Plataforma Anti Desahucios, Almería es la provincia andaluza en la que más aumentaron el año pasado los desahucios, algo más de un 2 por ciento respecto a los datos de 2014. Sin tener en cuenta los lanzamientos por alquiler (que sería el caso de esta familia), en 2015 se presentaron 2.944 ejecuciones hipotecarias, de las que 730 terminaron materializadas en un desalojo, a una media de dos diarios. La tercera parte de las ejecuciones hipotecarias, como se explica desde la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, se deben a contratos de arrendamiento, es decir, viviendas de alquiler.
Llevaban siete años viviendo en el piso. Tienen dos niños pequeños y ella está a punto de dar a luz.
Comentarios
Publicar un comentario