El Mar de Alborán es el campo de batalla de la guerra contra el narcotráfico. Lanchas rápidas, pesqueros convertidos en mercantes, lujosos veleros y viejos buques de carga ocultan un secreto de millones de euros cubierto de áspera arpillera. En 2005 la figura del enemigo se elevaba gigantesca. Ese año los decomisos de hachís en operaciones de Policía Nacional, la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera en la provincia de Almería rondaban las 138 toneladas de peso. Solo la droga interceptada.
Uno de cada ocho kilos de resina capturados en toda Europa tenía sello almeriense y, “por primera vez en la historia española, se situó como la provincia con mayores aprehensiones de hachís, circunstancia que se mantuvo en 2006”, según reveló la Fiscalía General del Estado. Almería superaba a la castigada provincia de Cádiz, siempre sometida a los riesgos de la inexorable cercanía de Marruecos.
Entonces llegó el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior). En el año 2006 inició sus primeros pasos de la mano de la Guardia Civil y en un lustro se convirtió ya en la herramienta más potente contra los alijos en el eje Almería-Nador.
Las aprehensiones cayeron a menos de 40 toneladas en 2011, según datos oficiales, y las rutas viraron poco a poco hacia otras playas más accesibles, menos observadas por los radares y los sensores del nuevo instrumento. Para sellar los agujeros del SIVE y consolidar su eficacia en la provincia, el Ministerio del Interior ha invertido unos tres millones de euros en los últimos dos años. La Secretaría de Estado de Seguridad licitó un gran contrato de ampliación en 2015 por 2,32 millones de euros y aprobó luego otras dos partidas complementarias para reparar daños y corregir errores.
El último de esos contratos todavía no se ha adjudicado. Destina 200.000 euros para la renovación de cuatro cámaras de infrarrojos para la videovigilancia costera en el litoral almeriense. Además, el Gobierno ha llevado a cabo inversiones para mejorar la cobertura del SIVE en toda la frontera sur (de España y, muy importante, del Territorio Schengen). Se han tapado ‘puntos ciegos’ para los radares en la línea costera y se han conectado los extremos con los equipos de otras zonas, como la Región de Murcia.
Tecnología Ya en el año 2008 se anunció una potente mejora de los radares y sensores (sensores optrónicos) del SIVE en la provincia de Almería. Luego llegaría a Murcia y las Islas Baleares para cerrar las principales vías del narcotráfico. También está presente actualmente en las Islas Canarias y playas valencianas. Los radares tienen alcance en el mar territorial (12 millas náuticas) y permiten identificar con detalle las embarcaciones sospechosas.
Según señala la Dirección General de la Guardia Civil, “el sensor radar detecta las embarcaciones a diez kilómetros de distancia y transmite la señal a varios monitores de televisión”. Éstos está ubicados en una sala de coordinación en la Comandancia de Almería. Además, “las cámaras infrarrojas permiten confirmar la presencia de la embarcación e identificarla a cinco kilómetros de distancia”. De este modo, ayudan también a intervenir en otras situaciones como emergencias de embarcaciones o el rescate de pateras.
Un cordón sanitario en la frontera sur
España puso en marcha los equipos SIVE con el objetivo de frenar los tráficos ilícitos en la frontera sur del país y cerrar las puertas de entrada a Europa.
En proyecto piloto comenzó con una prueba en un puesto de vigilancia de Algeciras (Cádiz) en 2002. Desde el mes de agosto de ese año el prototipo ensayó la videovigilancia que luego se entendería por toda la costa andaluza, las islas y las ciudades autónomas del norte de África. El objetivo era cubrir el litoral y dejar el menor número de ‘puntos ciegos’, por eso el SIVE contó siempre con cámaras de infrarrojos y térmicas para complementar sus vigilancias.
Málaga y Fuerteventura incorporaron los radares en diciembre de 2003 y Cádiz y Granada se sumaron un año más tarde para ampliar la cobertura en el mar territorial en el sur de España. Al mismo tiempo, del otro lado del Mar del Alborán, Ceuta inició su experiencia a principios de 2005 marcando un nuevo hito en el desarrollo del proyecto a gran escala.
El turno de Almería llegaría tras un periodo de pruebas en 2006. La provincia estaba sometida a unas altísimas cifras de decomisos de droga y las sospechas de una cantidad incontrolada de alijos completados. El SIVE supuso un giro radical en el combate contra la droga este Alborán y cambió el modo de perseguir las lanchas rápidas.
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