El almeriense Jesús Latorre restaura la obra de Nicolás Prados
Fue a finales del mes de septiembre cuando, tras sus cultos, Nuestra Señora de los Dolores del Sepulcro era retirada de su capilla en la iglesia parroquial de San Pedro con total discreción. Poco más de un mes después, la imagen de Nicolás Prados ha regresado. Durante este tiempo, la talla ha estado en Vera, donde el restaurador Jesús Latorre ha llevado a cabo una intervención que, entre otras cosas, ha servido para recuperar la policromía original.
Tal y como detalla Latorre a LA VOZ, "se ha tratado de trabajos de conservación de la obra con una limpieza completa física y química". Pero no solo eso: además, el restaurador almeriense ha consolidado la mascarilla, que presentaba "problemas de estabilidad" e incluso una grieta que cruzaba el rostro de la Virgen.
Se han limpiado las lágrimas y se han vuelto a fijar y, además, se han estucado daños "provocados por alfileres en el rostro, cabellera, cuello y manos", explica Latorre.
Los trabajos, documentados en todos y cada uno de sus pasos (tal y como se puede ver en distintas imágenes compartidas por el restaurador en sus perfiles en redes sociales), arrancaban con la identificación por medio de luz ultravioleta de distintos repintes en la cara de Nuestra Señora de los Dolores del Sepulcro.
"Se aprecian varias intervenciones en la mejilla, además de la grieta en la mascarilla", describe Latorre junto a las imágenes de la identificación de los distintos problemas de la talla.
"Cuando la pintaron por encima varias veces, cabe suponer que sería porque estaba en mal estado o no gustaba... Al limpiarlo ahora, además hay daños", detalla el restaurador, que identificaba ciertos tonos naranjas en la policromía de los Dolores del Sepulcro que no se corresponden con la talla original, que contaría con "una policromía más nacarada".
Otro de los puntos especialmente dañados y alejados de la policromía original afecta a los ojos de la Virgen: Latorre retiró las lágrimas de los Dolores del Sepulcro, que "las colocaron en una época indeterminada y luego posteriormente le pusieron sombras verdosas y moradas en los ojos, porque al quitar la lágrima se aprecia otra policromía".
Así, en los primeros compases de este mes de noviembre, los Dolores del Sepulcro ha vuelto al culto en San Pedro, con una policromía diferente (más similar a la original) y vestida para el mes de los difuntos por Álvaro Abril. Todo, tras un proceso de restauración y conservación cuidosamente detallado y documentado por el almeriense Jesús Latorre.
(La Voz de Almería)
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